miércoles, 22 de abril de 2009

QUIEN CALLA, OTORGA

He de reconocer que Aznar es un hombre con criterio. No me duelen prendas en reconocerlo. Entenderán que ni comparto ni apruebo sus declaraciones y menos la última que se refiere a la flexibilización del mercado de trabajo, o lo que es lo mismo, al despido libre. Sin embargo, Aznar es un hombre con las ideas muy claras. Ha bebido de la doctrina de Adam Smith, de la Escuela de Chicago , cuyo exponente más próximo ha sido Milton Friedman, gurú de las políticas económicas de Margaret Thacher y Reagan y que han sido las grandes causantes del desaguisado económico que vive hoy el mundo y de esa pócima exprime hasta el último sorbo, como lo hacen Aguirre o Pizarro. A este último le he oido decir que la sociedad actual no puede vivir subsidiada. Estoy de acuerdo, pero el subsidio es fundamental para atender a los más desfavorecidos en los momentos en los que los abusos del mercado nos conducen a situaciones de indefensión para los más débiles. Desde el punto de vista pragmático y de ideología liberal esa idea es coherente, aunque la praxis indica que los que demandan más libertad de mercado y menos subsidio corren raudos , una vez sí y otra también, a pedir a papá Estado el maná de las subvenciones.

Con una crisis galopante cuya génesis está en una actividad bancaria desenfrenada donde la avaricia de los directivos no ha tenido límites, los trabajadores no pueden estar indefensos, ni los pensionistas, ni las personas que han tenido que hipotecarse para adquirir una vivienda, mientras algún exministro del PP justificaba los precios abusivos en el “España va bien”. Por tanto sería bueno explicar bien, para que no haya malos entendidos eso de los “subsidios”.¿Significa eso que hay que dejar
sin prestaciones por desempleo a los parados, o dejar sin atención sanitaria pública y gratuita a los españoles, o se está de acuerdo en la desaparición de las becas para los estudiantes impidiendo el acceso a la universidad a los más débiles, o se está de acuerdo en dejar a la ventura a los sectores económicos más golpeados por la crisis?. Subsidios no, ayuda a los más débiles sí, porque, en la actual situación económica no es posible que la sufran los más desfavorecidos porque no han sido ellos los causantes de la misma.

Por eso es importante el debate abierto por Aznar. Porque este debate airea la receta económica del Partido Popular para enfrentarse a la crisis. Una reforma laboral drástica que lleve al despido libre y una bajada de impuestos que beneficia siempre a los que más tienen. Y esta pócima también la comparte Rajoy, pero la esconde. No es capaz de decir lo que dice y defiende FAES, pero esa es su receta. Menos gasto público, por lo tanto menos protección social, o como dice Pizarro menos subsidio, menos impuestos y por tanto menor recaudación y menos ayudas a los más débiles y un mercado más flexible, con menos coste para las empresas pero con menos derechos para los trabajadores.

Existe , sin embargo, otro modelo. Aquel consensuado por el G-20, con Obama a la cabeza que ha arbitrado medidas keinesianas para que el Estado intervenga en el mercado en unos momentos en los que la actividad privada ha descendido drásticamente, en los que el paro golpea a los trabajadores y en los que el Estado puede hacer un esfuerzo importante en gasto público toda vez que el grado de endeudamiento de nuestro país nos permite un margen amplio de actuación.

Lo curioso del caso es que ni los paises gobernados por defensores del liberalismo económico abogan por otras medidas que no sean la intervención con masivas sumas de capital público en la economía, no para salvar a la banca, que también, sino para impedir que este sunami financiero acabe con el Estado de Bienestar de una Europa a la que los “neocón” llamaron la vieja Europa y a la que ahora, en momentos de dificultad, quieren parecerse . Una Europa que es capaz de enfrentar la crisis sin por ello desarmar el sistema de protección social que han ido ganando los ciudadanos con mucho esfuerzo y una Europa que tiene que salir de esta crisis más unida, más reforzada y con un modelo económico diferente que nos haga ser más competitivos, más eficientes y con nuevos retos de futuro. El día 7 de junio votaremos el nuevo Parlamento Europeo y podremos elegir entre quienes quieren salir de la crisis con recetas como el despido libre, la jornada de 68 horas de trabajo o una bajada de impuestos que ponga en riesgo el sistema de protección social, o aquellos que quieren salir de la crisis con un nuevo modelo de crecimiento basado en la educación, la I+d+i, o las energias renovables. Los ciudadanos, como siempre tendrán la última palabra.

2 comentarios:

Ignacio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ignacio dijo...

Hola Vicente,
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. ¿Qué harán con las subvenciones que reciben las empresas? ¿Y con los 6 millones de euros que recibe FAES del dinero público? ¿Van a renunciar a ese subsidio?
Lo dicen los que nunca necesitan el subsidio de desempleo, la educación pública.... Siempre pensando en los demás. ¡¡Qué derecha más generosa!!
Un abrazo y te seguiré leyendo,
Ignacio